Se avecinan tiempos difíciles para los fumadores, el día 1 de enero de 2011 entra en vigor la nueva ley antitabaco que endurece la ley 28/05 actualmente en vigor. Con esta nueva ley se prohibe fumar en locales cerrados que estén abiertos al público, es decir, bares, restaurantes, discotecas, eventos públicos..., con lo que se acabo eso de fumar entre plato y plato o mientras se toma un café.

Con esta ampliación de la anterior ley, se persigue minimizar el impacto del tabaco en los no fumadores, es decir, los fumadores pasivos, ya que según datos del Ministerio de Sanidad, unos 5000 fumadores pasivos mueren cada año en España a causa del tabaco.

Con lo que queda patente que el tabaco no solo es perjudicial para la persona que lo consume sino que también lo es, y no de forma desdeñable, para las personas que le rodean.

¿Quién no se ha encontrado en las siguientes sutuaciones?, cuando llegas a casa después de una noche de bares y tu ropa huele tanto a humo que la tienes que sacar de la habitación para poder dormir. O En ese restaurante al que vas a disfrutar de tu plato favorito y en la mesa de al lado hay fumadores que te estropean tu momento de disfrute o cuando en el autobús se sienta a tu lado ese fumador que ha apurado el cigarrillo antes de subir y despide ese olor desagradablemente característico de los fumadores... y como éstas, infinidad de situaciones en las que los no fumadores están inmersos cada día.

Pero... ¿qué pasará a partir de ahora con los fumadores? ¿dejarán de fumar...? ¿les resultará más fácil dejar de fumar?
Dejar de fumar para muchas personas no es fácil, pero quizás este es el momento más oportuno para hacerlo. Lo que está claro es que no es suficiente con los "buenos propósitos" para el año que entra, como sabesmos todos por experiencia, con frases del estilo: "para el año que viene dejo de fumar", "para el año que viene me apunto al gimnasio", "para el año que viene voy a aprender inglés", "para el año que viene...", frases que todos decirmos pero que la gran mayoria no cumple.

Para dejar de fumar no es suficiente la intención, hay que sacar toda la artillería y generar un buen plan estratégico para poder llevar a cabo el cambio de conducta, el cambio de hábitos y de pensamiento que supone.

1- hay que preguntarse cuales son los motivos para dejar de fumar,

Hay un sin fin de motivos para dejar de fumar, como son la salud, ya que como todos sabemos y nos anuncian las cajetillas "Fumar mata", la economía (ya que el fumar se esta convirtiendo en algo exclusivo de bolsillos desahogados), la "esclavitud" que supone estar pendiente de si tengo o no tengo tabaco, de si me llegarán los cigarros para toda la noche, el vestirse para ir al estanco, el ver si da tiempo a fumar antes de entrar en el cine..., o porque me lo ha pedido mi pareja, mi hijo, etc...

Tenemos que ser conscientes de cuales son nuestros motivos para dejar de fumar y tenerlos siempre presentes, lo podemos escribir, grabarlos en el Mp3... o lo que sea necesario para tenerlos siempre a mano.


2- Para vencer, hay que conocer: analisis de la conducta de fumar

Para poder controlar la conducta de fumar, es muy importante conocer cuales son los hábitos que desarrollamos: en que situaciones fumamos, si lo hacemos más por la mañana o por la tarde, en el trabajo, en casa o con los amigos, en situaciones estresantes o cuando estamos relajados, en compañia de que personas fumamos mas... así sabremos cuales son las situaciones de riesgo en las que nos costará más mantenernos lejos del tabaco.


3- Hay que deshacerse de todo aquello que nos recuerde el fumar.

El primer paso para dejar de fumar es apartar de nuestra vista todo aquello que nos recuerde al tabaco: debemos tirar todos los cigarrillos que tenemos en nuestro poder, esconder los ceniceros y mecheros, las fotos en las que hay amigos fumando... así haremos de nuestro hogar un espacio libre de humo, en el que además no debemos permitir fumar a las visitas por lo menos las primeras semanas que estemos sin fumar. De igual manera debemos evitar las situaciones en las que es más fácil que fumemos: cenas con amigos, situaciones emotivas, eventos como bodas...


4- tratamientos medicos y relajación.

Para controlar la ansiedad que conlleva dejar de fumar podemos apoyarnos en terapias farmacológicas. Nuestro médico de cabecera nos indicará que nos puede ir mejor, parches, chicles o pastillas de nicotina o tratamientos basados en vareniclina o bupropión. Tratamientos que deberemos tomás segun inducaciones del médico y bajo su supervisión. También es necesario manejar algún método de relajación y respiración para ponerlos en práctica en los momentos de más intensidad de la ansiedad.


5- sindrome de abstinencia y deseo de fumar

Es normal que durante el proceso de dejar de fumar desarrollemos el síndrome de abstinencia del tabaco. Este se caracteriza por ansiedad, irritabilidad, trastornos del sueño, dificultades de concentración, dolores de cabeza, aumento de apetito, impaciencia e ira, depresión, estreñimiento, tos, cansancio, entre otros. Estos síntomas van haciendose menos acusados con el tiempo hasta que desaparecen por completo. También es importante que tengamos en cuenta que sentiremos unos deseos irrefrenables de fumar por lo que en ese momento tendremos que tener a mano nuestros chicles, caramelos... y realizar tareas que nos distraigan del deseo de fumar y así poder vencerlo.


6- engordar, comida y ejercicio físico.

Es bien conocido que "dejar de fumar engorda", fundamentalmente por dos razones, la primera es que se suele controlar la ansiedad que nos genera dejar de fumar, comiendo y porque al recuperar el sentido del gusto disfrutamos más con la comida por lo que tendemos a ingerir más alimentos. Por ello debemos controlar nuestra dieta, incorporardo más frutas y verduras, evitando comer entre horas, elimimando aquellos alimentos hipercalóricos. Tambiés necesario aumentar nuestro ejercicio físico, con pasear todos los días a un buen ritmo durante una hora, será suficiente para controlar el peso.


7- ventajas que hemos encontrando al dejar de fumar.

Cuando llevemos unas semanas sin fumar, debemos hacer un inventario de las ventajas que hemos notado dejando de fumar: mejora de la respiración, mayor capacidad pulmonar, ahorro económico, mejor olor, luminosidad de la piel, mejor humor, resistencia física, mejora del olfato y del gusto, mayor autoestima, aumento de la motivación. Este inventario le mantendremos a la vista junto con las motivaciones para dejar de fumar.


8- exposicion a las situaciones de riesgo y pensamientos manipuladores.

Después de mantenernos un tiempo sin fumar, en el que hemos desarrollado estrategias personales para vencer el deseo ya estaremos preparados para enfrentarnos a situaciones de riesgo que antes habiamos evitado. Para ello es importante prepararnos, repasando cuales son las motivaciones y las ventajas para dejar de fumar. En estas situaciones nos asaltaran pensamientos manipuladores como: "solo me fumaré un cigarrillo", "total que de algo tiene que morirse uno", "tanbién es muy dañino el humo de los coches", debemos mantenernos firmes en nuestra decisión y no dejarnos engañar por nuestros deseos.


9- vencer a la recaida.

Si aun así, no hemos sido capaces de vencer al deseo y hemos sucumbido a él, no nos debemos desanimar, y pensar que hemos fracasado en nuestro propósito. Debemos aprender una lección muy importante y es que ningún ex-fumador está libre de caer en la trampa del tabaco. Debemos perdonarnos esa caída y seguir firmes en el empeño de dejar de fumar. Debemos tener claro que no es lo mismo fumarse unos cigarrillos cuando tenemos baja la guardia pero seguir con el valor de dejar de fumar que fumarse esos cigarrillos y abandonarse nuevamente al hábito de fumar.

Conseguir esto no es fácil, pero si lo consigues te darás cuenta de lo gratificante que es y de la capacidad que tienes para hacer cosas que antes pensabas que eran imposibles... pero no bajes la guardia puesto que ningún ex-fumador está libre de caer en la trampa del tabaco.