En estos últimos días hemos visto como artistas de sobrada trayectoria encima de los escenarios, han sido presa del llamado miedo escénico.

El último ejemplo lo hemos visto con Joaquín Sabina este fin de semana en su concierto de reaparición en Madrid, concierto que tuvo que abandonar anticipadamente por este miedo escénico. Hace algunas semanas Pastora Soler comunicó que abandonaba su carrera musical, en principio de forma temporal por sufrir este pánico escénico.

Estas situaciones no solo se dan en el panorama nacional, también las han sufrido artistas de la talla de Barbra Streisand o Adele.

¿Qué es el miedo escénico?

El miedo escénico es una reacción de pánico incontrolable que se produce por la anticipación de un resultado negativo o no deseado, es decir “quedar mal ante el público”.

Esto se traduce en una serie de síntomas que experimenta la persona a nivel fisiológico (sudoraciones, taquicardias, tensión corporal,  malestar estomacal, sensación de nudo en la garganta, esto se produce por un cierre en la laringe, lo que supone una situación muy  comprometida para cualquier cantante...) a nivel cognitivo se experimenta confusión mental y faltas de concentración, por lo que algunos artistas se olvidan de las letras de sus propias canciones, atención centrada en uno mismo, lo que hace que se analicen todas y cada una de estas reacciones lo que a su vez hace que aumente la ansiedad.


A nivel conductual este proceso de miedo escénico se manifiesta por la necesidad de evitar las situaciones o si se están en ellas escapar lo antes posible. Se manifiesta igualmente por tartamudeos, habla rápida, frecuentes silencios y una bajada del tono de voz de forma automática. todos estos cambios negativos relacionados con la expresión vocal hacen que los artistas tengan la vivencia de esta situación como algo terriblemente desagradable y molesto.

Miedo escénico y fobia social.


El miedo escénico puede ser relacionado con la fobia social, un miedo irracional a la evaluación negativa por parte de los demás que es propio de las personas perfeccionistas y autoexigentes que tienen un excesivo temor al rechazo y excesivo temor al ridículo.

En estos casos hay una sobreestimación de la opinión de los demás y una valoración no realista de lo que esperan los demás de nosotros a demás de una subestimación de nuestras propias capacidades para hacer frente a estas situaciones.

Por tanto el miedo escénico no lo sufre únicamente aquel que se sube a un escenario, también lo padecen las personas menos “artísticas” cuando tienen que hablar delante de un grupo de personas, ya sea a la hora de exponer un tema, expresar una opinión o en otras situaciones de interacción con grupos más o menos grandes.

¿Cómo afrontar el miedo escénico?

  • Normaliza la situación, si nunca te has enfrentado a este tipo de situaciones, es lógico que no lo domines y por tanto que no tengas tanta destreza como otra persona que tiene más experiencia.
  • Los que van a verte o a escucharte, van a disfrutar, no a sacarte fallos, no prejuzques las intenciones de tu público.
  • Todo lo que se entrena se domina, por tanto ensaya y practica reiteradamente. Esto te dará seguridad por lo que será más fácil poder hacerte con la situación y la ansiedad que te genera.
  • Maneja estrategias contrarias a la ansiedad, la respiración lenta y profunda y la relajción te ayudará a mantener la ansiedad en unos niveles controlables.
  • Cuando estés delante de tu público, no te centres en analizar sus reacciones, céntrate en disfrutar de lo que haces, ellos a eso van ¿porqué tu no?.