La ansiedad generalizada deteriora diferentes áreas de la vida de la persona que la padece, como la salud mental y física o los ámbitos académico, laboral, personal y social.
La ansiedad generalizada se relaciona con una mayor susceptibilidad a otros trastornos psicológicos, en otras palabras, el TAG hace más probable que se desarrollen otros trastornos psicológicos como puede ser la depresión, otros trastornos de ansiedad (pánico, fobias específicas).
Como comentamos en el apartado de síntomas, uno de los síntomas es la dificultad para concentrarse, lo que puede conllevar una disminución del rendimiento académico y laboral.
Las preocupaciones sobre el fracaso, o el juicio de los demás, pueden llevar a las personas que padecen TAG a evitar nuevos retos u oportunidades limitando o frenando su trayectoria profesional.
Diferentes estudios han relacionado la ansiedad generalizada con el abuso de sustancias como puede ser el alcohol, por ejemplo.
Y esto ocurre porque algunas personas que padecen ansiedad generalizada recurren a las drogas para gestionar los síntomas que les produce la ansiedad.
La preocupación constante y la percepción de no ser capaz de manejar las situaciones cotidianas desde la tranquilidad y el autocontrol erosionan la autoestima y la autoconfianza, generando una visión negativa y deficitaria de uno mismo.
La indecisión es común en el trastorno de ansiedad generalizada, y dicha indecisión puede llevar a no tomar decisiones y paralizar aspectos importantes de la vida.
Las personas con TAG pueden empezar a evitar situaciones que creen que desencadenarán o empeorarán su ansiedad, lo que puede limitar su vida social, laboral y académica.
Escrito por Sara Montejano Martín, Psicóloga General Sanitaria.
Causas del TAG
