Una ruptura de pareja es algo común y por lo que pasan muchas personas. Tiene diversas implicaciones sociales y psicológicas que pueden afectar a la persona en varios ámbitos de su vida. Se trata de un evento estresante que si no se gestiona de una manera adecuada puede tener consecuencias muy negativas.

Por ello, te explicamos en qué consiste una ruptura de pareja, qué implicaciones psicológicas y sociales puede tener, cuáles son las etapas y qué hacer para gestionarla de una manera satisfactoria.

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¿Qué es una ruptura de pareja? ¿Cuáles son sus consecuencias?

Una ruptura de pareja sucede cuando una de las dos partes implicadas, o las dos, decide terminar la relación. Las causas más comunes de la separación suelen ser: peleas, infidelidad, falta de comunicación, falta de sinceridad, etc.

Esto está bastante claro, aun así, lo que mucha gente no sabe es que dependiendo de quién acabe la relación, las consecuencias serán unas u otras.

Normalmente cuando es uno mismo quien toma la decisión, suele ser porque lo ha meditado mucho y ha pensado en las consecuencias que puede tener para su persona. Sin embargo, cuando el que pone fin a la relación es la otra persona, las consecuencias para nosotros mismos podrían ser peores porque puede ser algo que no nos esperásemos y para lo que no estemos preparados. Además, podríamos sentirnos abandonados o traicionados.

En ambos casos la ruptura supone un cambio para las dos personas porque se tendrán que replantear la vida. Por ejemplo, puede ser que uno de los dos tenga que abandonar el domicilio familiar, que ya no salgan a divertirse juntos o con amigos comunes o incluso que tengan que establecer visitas para ver a los hijos que tienen en común.

Como se puede apreciar, las consecuencias pueden ser diversas y se pueden clasificar según su tipología:

  • Fisiológicas. Estrés, dificultades para conciliar o mantener el sueño, inquietud, aumento o pérdida del apetito, etc.
  • Emocionales. Pena, sentimientos de que algo malo va a pasar, sentimientos de soledad, sentimientos de culpa, miedo a lo que sucederá en un futuro próximo y/o aislamiento, incluso pueden llegar a producirse crisis de ansiedad o depresión.
  • Sociales. Cuando se comparte el grupo de amigos puede ser que los amigos se tengan que decantar por uno de los dos miembros de la pareja y, en consecuencia, la otra parte podría quedarse sin algunos de sus amigos. Además, si la pareja vivía junta y compartían la economía también pueden darse dificultades económicas o problemas derivados. En el caso de que haya hijos estos también se verán afectados.

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¿Cuáles son las etapas de una ruptura de pareja?


Cada persona es diferente y el tiempo que tardará cada uno en pasar cada etapa variará. Las etapas son las siguientes:

Desilusión

Es la etapa previa a la ruptura. Cuando las cosas cambian debido a conflictos, falta de comunicación, distanciamiento emocional, etc. provoca que la percepción de la relación y lo que se siente en ella cambie. También cambia la percepción que tenemos respecto a la pareja y nuestros sentimientos hacia ella. Todo esto provoca miedo, ansiedad y no estar conforme con la relación. 

Comunicación de la decisión.

La parte que ha experimentado la etapa anterior le comunica a la otra parte su deseo de no continuar con la relación. En esta etapa hay dos resultados posibles. Por un lado, ambas partes pueden acordar acudir a terapia de pareja para intentar solucionar las diferencias y, por otro lado, pueden tomar la decisión de acabar la relación y separarse. En este último caso dará comienzo la siguiente etapa.

Decisión de separarse.

Se pone distancia física y emocional. Aparece la incertidumbre sobre el futuro, miedo a no poder adaptarse a la nueva situación y el miedo a la soledad.

Aceptación de la separación.

Se empieza a aceptar lo ocurrido y aunque pueden seguir existiendo los sentimientos de tristeza y miedo, la persona los acepta e intenta reponerse para comenzar una nueva vida lejos de la otra persona.

Nueva etapa.

Las emociones de miedo, ansiedad, tristeza, ira etc. ya no son tan intensas en esta fase. Dejamos de pensar constantemente en la expareja para dar paso a centramos en nosotros mismos.


¿Qué hacer para gestionar una ruptura de pareja de manera satisfactoria?

Cómo hemos visto, las etapas que tiene una ruptura son diversas y las consecuencias fisiológicas, emocionales y sociales pueden ser de gran envergadura. Por ello, te presentamos una serie de recomendaciones y pautas para que puedas gestionar la ruptura de una manera positiva con el objetivo de que las emociones y las consecuencias negativas o desagradables tengan el menor impacto posible.

Date tiempo.

Una ruptura no se supera de un día para otro, necesitas tiempo para procesar la nueva situación, aceptar lo que ha ocurrido y para replantearte la vida. Si compartes domicilio o si tenéis hijos en común, necesitarás tiempo para planificarte y organizarte en el nuevo escenario. 

Acepta tus emociones.

Durante el proceso experimentarás todo tipo de emociones, es normal sentirse triste o tener miedo, enfadarte contigo mismo o con la expareja y debes aceptarlo. Permítete sentir toda la gama de emociones, no intentes gestionarlas evitándolas, ya que cuanto más evites una emoción más intensa será.

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Planifica actividades que te hagan sentirte bien.

Es posible que durante este proceso sientas que has perdido las ganas de hacer cosas, te sientes poco motivado para realizar actividades y lo que te "pide el cuerpo" es aislarte del mundo. Si bien es cierto que necesitas tiempo para procesar la situación, encerrarte indefinidamente en casa no te ayudará mucho. Planifica actividades que sabes que te gustan aunque no te apetezcan ya que las actividades agradables modulan nuestros estados de ánimo negativos y nos ayudan a centrar nuestra mente en otros aspectos de la vida más allá de la ruptura.

No odies ni idolatres a la otra parte.

Tu expareja es alguien con quien has compartido un determinado tiempo de tu vida, pero habéis decidido tomar caminos diferentes. Idolatrarle u odiarle no te servirá de nada.

Tu expareja es alguien con quien has compartido un determinado tiempo de tu vida, pero habéis decidido tomar caminos diferentes. Idolatrarle u odiarle no te servirá de nada.
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No busques explicaciones y sigue con tu vida.

En muchas ocasiones intentamos mirar hacia atrás para analizar qué falló. Está bien que hagas una reflexión sobre qué pasó con el objetivo de aprender de la experiencia. Sin embargo, no es recomendable que te ofusques y pases mucho tiempo buscando explicaciones o culpables. La relación se ha terminado y lo que necesitas es reponerte y continuar. Cuanto antes sigas con tu vida mucho mejor.

Haz ejercicio físico.

Está comprobado que hacer ejercicio físico 3 o 4 veces a la semana puede combatir la depresión. Podría ser beneficioso que te apuntaras al gimnasio o que salieras a correr.

Ponte metas.

Probablemente tus objetivos o metas se hayan visto alteradas por esta ruptura. Replantéate estas metas y crea unas nuevas si es necesario.

Pide ayuda.

Cuéntales a tus amigos y familiares lo que ha pasado. Verbalizarlo es un paso más para aceptarlo. Además, ellos te pueden ayudar a superarlo. Pasar tiempo divirtiéndote con tu familia o amigos hará que no pienses en el resto de cosas. Asimismo, también pueden ayudarte a reorganizar tu vida. Si tienes que cambiar de domicilio, quedarte en casa de un familiar o un amigo podría ser una solución temporal.

Pide ayuda psicológica.

Si te sientes desbordada/o emocionalmente o si no sabes cómo gestionar la ruptura, pide ayuda a un profesional, él te guiará por este camino que a veces puede ser difícil de superar.

En resumen, una ruptura de pareja es un evento estresante y que tiene diversas consecuencias fisiológicas, emocionales y sociales. Además, hay etapas por las que pasar antes de superarla. Si la separación no se gestiona de una manera adecuada pueden surgir problemas graves como ansiedad y/o depresión. Por ello, te recomendamos que pongas en marcha las estrategias anteriormente mencionadas. Finalmente, si crees que la situación te desborda, pide ayuda a un profesional.