Quizás en los últimos tiempos has escuchado hablar del FOMO. El término FOMO viene de "Fear Of Missing Out", lo que puede ser traducido al español como: "miedo a perderse algo" o "miedo a estar ausente".

Muchas personas lo relacionan con el uso de las redes sociales o incluso con las adicciones a las nuevas tecnologías. Como no está muy claro de dónde surge este término, qué quiere decir, qué implica o si está relacionado o no con las redes sociales o las nuevas tecnologías, vamos a hablar sobre ello en este artículo.

Qué es el FOMO


El FOMO es la preocupación persistente que nos produce el pensar o ver que otros están viviendo experiencias emocionantes en las que estamos ausentes o no participamos. Esto puede generar sentimientos de insatisfacción, comparación constante y una búsqueda constante de novedades.

Significado de FOMO

Como veremos en el siguiente apartado, es un término relativamente reciente y en español no existe un término equivalente. Por ello, tenemos que recurrir a diccionarios de habla inglesa para consultar la definición.

El diccionario de Cambridge (2024) lo define como "a worried feeling that you may miss exciting events that other people are going to, especially caused by thing you see on social media", o lo que es lo mismo, en español: "un sentimiento de preocupación por perderse eventos interesantes a los que asistirán otras personas, esta preocupación es causada especialmente por cosas que vemos en las redes sociales".

Pongamos un ejemplo para analizar el FOMO

María está en casa pasando el tiempo en redes sociales. Es importante tener en cuenta que su trabajo no le ha permitido irse de vacaciones porque tiene la entrega de un proyecto importante y que tiene dificultades económicas. Empieza a ver en redes las publicaciones de sus amigos y se da cuenta de que se lo están pasando muy bien en el Caribe.

A medida que María ve las fotos y los vídeos en las historias empieza a sentirse cada vez más ansiosa. En cierto modo, le genera malestar ver que sus amigos se lo están pasando bien, conociendo nuevos lugares y creando recuerdos todos juntos.

María siente que se está perdiendo algo al no estar en ese viaje con ellos. Sus pensamientos giran constantemente en torno a la idea de que el trabajo y quedarse en casa han hecho que no pueda vivir esa experiencia y ser parte de los recuerdos que generan sus amigos.

Debemos tener en cuenta que María tiene razones válidas para quedarse en casa (el trabajo y su situación financiera). A pesar de ello, el FOMO empieza a afectar a su estado emocional: siente ansiedad, arrepentimiento y tristeza por no ser parte del momento que están viviendo sus amigos.

En el ejemplo anterior podemos ver como el FOMO se manifiesta después de que María se haya comparado con sus amigos, generando esto emociones negativas y sensación de no pertenecer al grupo.

Aquí es importante tener en cuenta que María no podía ir al viaje y que las redes sociales nos muestran solo una parte de la vida de las personas. Es decir, lo que la gente comparte en redes sociales no siempre refleja la realidad completa de esa persona. Por lo general, compartimos lo que es socialmente deseable y omitimos aquellas cosas que podrían no gustar a los demás. Por ejemplo, comparto lo bien que me lo paso en el viaje, pero no comparto que me han perdido la maleta o que he perdido el autobús.

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Historia y evolución del término FOMO

Es un término bastante reciente, ya que se ha popularizado, sobre todo, en el siglo XXI a raíz de la expansión de las redes sociales y, en general, de las nuevas tecnologías. FOMO surgió de la necesidad de tener una palabra para definir la ansiedad que nos produce el ver las actividades que hacen las demás personas y la ansiedad o miedo que nos produce el no poder participar de ellas.

Por lo tanto, el FOMO está compuesto por dos factores importantes:

  1. Ver las actividades que hacen las demás personas.
  2. Miedo a no estar presente o no poder participar en ellas.

En cuanto a quién fue la primera persona que habló sobre ello, el término fue mencionado por primera vez por Daniel Herman en el año 1996 y en el 2004 Patrick McGinnis escribió un artículo sobre ello (Lamba, 2021). En este artículo McGinnis habló de la ansiedad que le causaba el no estar en los planes que sus amigos hacían y cómo el no estar presente le generó miedo a perderse algo si no iba a esos planes.

Como podemos ver, en un primer momento el FOMO no estaba relacionado con las redes sociales. Fue más tarde cuando se relacionó con las redes sociales y a raíz de ahí surgieron muchas investigaciones. Es más, según diversos autores como O’Connell (2020), el FOMO empeora con las redes sociales porque hace que la comparación social sea más grande.

Al fin y al cabo, a través de las redes sociales podemos ver los planes que hacen los demás (incluso planes que nosotros mismos hemos hecho en el pasado) y compararnos con ellos generando esa ansiedad.

En otras palabras, podríamos decir que las redes sociales nos proporcionan "accesibilidad" para el FOMO o que en cierto modo lo facilitan. Además, también está comprobado que a mayor uso de redes sociales mayor es el FOMO y que a mayor FOMO más uso de las redes sociales. Por ello, muchos autores defienden que con el FOMO se puede llegar a entrar en bucle.

Factores que contribuyen al desarrollo del FOMO

Según diversos investigadores, el FOMO se genera a raíz de la necesidad de pertenencia y aceptación que tenemos los seres humanos. Además, el estar constantemente expuestos a la vida (aparentemente) emocionante de las demás personas en redes sociales puede hacer que nuestra propia vida no nos parezca lo suficientemente emocionante.

Causas más comunes del FOMO

  • Necesidad de pertenencia: es decir, la necesidad de ser aceptado por la sociedad.
  • Comparación constante con los demás: como hemos dicho, las redes sociales facilitan la comparación constante de nuestras vidas con las de los demás.
  • Gratificación inmediata e impulsividad: solemos tener la urgencia de participar en todo y si no lo hacemos nos puede generar ansiedad por no querer perdernos ninguna oportunidad.
  • Miedo a la exclusión: el pensar que no nos van a incluir en algún plan si rechazamos algo nos puede generar miedo y ansiedad y, por lo tanto, la urgencia y necesidad de participar en todo lo que nos proponen.
  • Presión social: el ver cómo es la vida de los demás nos puede llevar a la sensación de que nos estamos perdiendo alguna oportunidad crucial si no hacemos lo que se supone que tenemos que hacer.

Consecuencias del FOMO


Como te podrás imaginar, El FOMO puede tener consecuencias negativas para la salud mental, como el aumento de la ansiedad, la disminución de la autoestima y la dificultad para disfrutar del momento presente (estamos más preocupados en que nos estamos perdiendo algo que en el presente).

Asimismo, algunas investigaciones como la de Gupta y Sharma (2021) mencionan que el FOMO puede hacer que tengamos comportamientos compulsivos para mantener las relaciones sociales (con el objetivo de no perdernos las oportunidades que aparecen), problemas de sueño, tensión emocional, efectos negativos en el bienestar físico, ansiedad, etc.

También hay que tener en cuenta lo que hemos comentado anteriormente: el FOMO incrementa el uso de las redes sociales y esto hace que estas personas sean susceptibles a tener alguna adicción conductual.


Síntomas del FOMO


Como hemos podido ver en el ejemplo y la definición, los síntomas más frecuentes del FOMO pueden ser los siguientes:

  • Ansiedad. Este es el síntoma principal y también, como hemos visto, una consecuencia.
  • Irritabilidad que nos genera el pensar que nos podemos estar perdiendo algo.
  • Inquietud constante por qué estarán haciendo los demás.
  • Necesidad de comprobar las redes sociales constantemente para ver qué planes tienen los demás.
  • Sensación de vacío y soledad cuando no participamos en planes.

Relacionado con la sintomatología, investigaciones como la de Baker et al. (2016) ponen de manifiesto que el FOMO se relaciona con el tiempo que pasamos en redes sociales (como hemos comentado, a mayor uso mayor FOMO), síntomas depresivos y síntomas físicos y/o somatizaciones.


Estrategias para gestionar el FOMO

A continuación, vamos a comentar algunas pautas que nos podrían ayudarnos a gestionar el FOMO:

Autoconciencia.

Es muy importante saber lo que es el FOMO y reconocer y comprender las emociones vinculadas a él. Es decir, busca los pensamientos automáticos e irracionales que puede haber detrás del FOMO.

Reestructuración cognitiva de pensamientos irracionales.

Después de identificar esos pensamientos irracionales, es importante cuestionarlos para buscar pensamientos alternativos más saludables.

Establecimiento de objetivos y metas realistas.

Establecer metas realistas y alcanzables puede reducir la presión que nos ponemos para conseguir cosas.

Límites a las redes sociales.

Si pierdes mucho tiempo consultando las redes sociales, es importante que te pongas un límite para hacer un uso responsable de estas.

Comparaciones.

Ten en cuenta que la base del FOMO son las comparaciones. Por ello, es importante analizar y reestructurar esas comparaciones.



Referencias bibliográficas

  • Baker, Z. G., Krieger, H., & LeRoy, A. S. (2016). Fear of missing out: Relationships with depression, mindfulness, and physical symptoms. Translational Issues in Psychological Science, 2(3), 275–282. doi:10.1037/tps0000075 
  • Cambridge Dictionary. (2024). FOMO. Consultado en línea en: dictionary.cambridge.org
  • Gupta, M., & Sharma, A. (2021). Fear of missing out: A brief overview of origin, theoretical underpinnings and relationship with mental health. World journal of clinical cases, 9(19), 4881.
  • Lamba, S. S. (2021). FOMO: Marketing to Millennials. Notion Press.
  • O"Connell, C. (2020). How FOMO (Fear of Missing Out), the Smartphone, and Social Media May Be Affecting University Students in the Middle East. North American Journal of Psychology, 22(1).
  • Tanhan, F., Özok, H. İ., & Tayiz, V. (2022). Fear of missing out (FoMO): A current review. Psikiyatride Guncel Yaklasimlar, 14(1), 74-85.